Nota del autor: este es un libro de memorias, escrito durante años, a través un blog. Por ello se verán aparecer, cada tanto, comentarios de lectoras o lectores. A su lado, dos fornidos guardaespaldas, silenciosos y parcos de palabra, pero rápidos de acción si su jefe se lo ordenaba, cuidaban de que nadie importunara o tratase de engañar al viejo Tong. Mark se aproximó cautelosamente al anciano prestamista, acompañado por la doctora Diane, con la que mantenia una relación de ámbito comercial. Muchos venían con sus damas, y todos traían escuderos y legiones de sirvientes. El conjunto resultaba de lo más brillante y abigarrado en lo que concierne a las vestimentas, y muy característico del sitio y de la época en lo tocante al entusiasmo animal, las inocentes procacidades del lenguaje y la alegre indiferencia por la moral.